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martes, 9 de septiembre de 2025

Los amores que no se nombran (poema de lo invisible)

 

No hubo fecha,
ni promesa,
ni un rincón marcado con iniciales.

Solo un temblor en el pecho,
una herida que respira.
Lo invisible sosteniendo mi cuerpo.

Éramos lo que no debía ser.
El error,
el secreto,
la grieta.

Nos reuníamos en la sombra.
Nos tocábamos con palabras rotas,
con miradas al borde del acantilado.

Tú eras mi hambre.
Yo, tu refugio sin nombre.
Un cuerpo guardado en otro cuerpo.
Un destello que nadie miraba.

Los amores así no necesitan testigos.
No dejan pruebas,
ni cartas,
ni anillos.

Solo la memoria ardiendo,
el silencio tatuado en la piel,
la certeza de lo imposible.

Nadie sabrá nunca
cuántas veces pronuncié tu nombre
en un idioma inventado.
Nadie escuchó mi respiración
cuando tu ausencia pesaba como hierro.
 

Dicen que no existimos.
Que todo es invención.
Pero yo llevo tu calor dentro,
y tu silencio se aferra a mis huesos.

No necesito demostrar nada.
Lo imposible
no pide testigos.
Arde en secreto,
y basta.

Éramos la otra cara del mundo.
La canción sin voz.
La carta que no llega.
El beso que se esconde en la mano.

Éramos lo que nadie se atreve a nombrar.
Lo que no tiene ley.
Lo que no tiene permiso.
Y por eso dolía.
Y por eso era verdad.

¿Quién puede borrar lo que nunca ocurrió?
¿Quién puede negar
el incendio de un cuerpo
cuando otro cuerpo lo atraviesa?

No hubo juramentos.
Ni promesas.
Ni siquiera futuro.

Solo el instante
mordiéndonos la boca.
Solo la certeza
de estar viviendo fuera del mundo.

A veces creo que lo inventé.
Que nunca estuviste.
Que fui yo sola,
tocando un vacío con tu forma.

Pero basta cerrar los ojos
para que vuelvas.
Basta respirar
para que tu voz regrese.
Basta escribir
para que el papel se incendie contigo.

Por eso escribo:
para gritarle al vacío,
para que el poema sea la prueba
de lo que el mundo niega.

Porque estos amores,
los que no se nombran,
viven más allá del tiempo.
Se alimentan del silencio.
Se esconden en la memoria del cuerpo.

Cuando cierro los ojos
todavía siento tu respiración.
Cuando camino,
tu sombra camina conmigo.

No tenemos fecha.
Y, sin embargo,
aquí estamos:

latido,
cicatriz,
verdad.

No aparecemos en los álbumes.
No tenemos promesas.
No nos pertenece el futuro.

Pero fuimos.
Somos.
Seguimos siendo.

Un murmullo en la garganta.
Un golpe en el pecho.
Una herida luminosa.

El amor que no se nombra.
El que no muere.
El que respira en estas palabras.

desnudos, amor, amantes


 

domingo, 24 de agosto de 2025

Alas clandestinas

 

 

No sé dónde quedó tu primavera,
si en mis bolsillos llenos de pájaros,
en los pliegues oxidados del calendario,
o en la esquina de un sueño
donde las estatuas bostezan.

Yo escucho tu voz
y me llega como un río cansado
que arrastra relojes y paraguas rotos,
como una lámpara que aún arde
en el sótano de la luna.
Aunque el viento derribe ventanas,
tus llamas siguen escondidas
en la despensa de mi memoria.

No me debes nada:
el amor nunca se mide en cuentas,
es una moneda de humo
que se entrega, se pierde, se inventa,
y aun así permanece,
hilo secreto que no se corta
aunque la tijera esté afilada.

Si hablas con tu soledad,
sabrás que la mía te acompaña:
es un perro sin nombre,
es una sombra que fuma a escondidas,
es un latido que aún escribe
tu nombre en los espejos empañados.

Y aunque las estaciones cambien
y el jardín se disfrace de cementerio,
hay semillas secretas
esperando otra lluvia,
otro sol cansado,
otro temblor de alas clandestinas.

Quizás la primavera que buscas
no se ha ido:
quizás duerme en un vagón vacío,
esperando que un gesto,
una nota,
un regreso de fuego,
la despierte de nuevo
con zapatos de mariposa.


Derechos reservados

Raquel Fraga




 

viernes, 22 de agosto de 2025

Respirarte

 

Ya no sé cuál es el mensaje,

ni quién me dijo que tendría

que beber muy de cuando en cuando
a pequeños sorbos de esta copa,
siendo imposible llegar a embriagarme.

Desconozco cuál es el precio de un trago
más largo, o mejor aún, el de la botella.

Poco a poco fui entendiendo…
Llegué en el instante justo
para desde lejos poder respirarte.

En los momentos en que me acerco,
la sed aún conserva el néctar
de un regusto a juventud;
Allí donde tanto tiempo el fulgor
del otro fuimos.

Ven aquí. Abrázame.
No permitas que me rinda.

vino, abrazo, juventud



martes, 12 de agosto de 2025

Tenernos así



No estás.
No estoy.
Y, sin embargo,
nos tenemos.

No en la cama,
ni en la casa,
ni en los días compartidos.
Nos tenemos
en esa grieta sagrada
donde nadie más entra.

Tú allá,
yo aquí,
pero en el centro exacto
de algún silencio,
nos rozamos.

A veces
dueles.
Otras,
salvas.
Y hay días —lo confieso—
en que tu nombre
es mi única verdad.

No pido nada.
No espero nada.
Pero hay algo tuyo
que sigue en mí
 una luz escondida
debajo del pecho.

Y si esto es todo,
si esto es lo único…
también está bien.

Raquel Fraga

distancia







 





jueves, 24 de julio de 2025

Dentro de un soneto

 

Callé tu nombre, pero el alma mía
lo dijo por los poros, sin consuelo,
y el aire se me heló de tanto anhelo
a pesar de fingir pura alegría.

Tu voz aún me late en lejanía,
me quema la memoria como un celo,
y aunque la vida siga por mi duelo,
tú sigues en mi carne cada día.

No sé si tú me sueñas o me huyes,
si guardas de este amor la despedida,
o si también de noche te destruyes.

Mas sé que fui verdad, no solo herida,
y aunque en tu paz mis pasos no concluyes,
me dueles tanto… hasta la propia vida.

soneto, amor, madurez, llanto, karma, amante





martes, 15 de julio de 2025

Análisis de "No Fue Para Mí" de Ernestina de Champourcin

 En vista de la cantidad de visitas que ha tenido mi comentario a uno de los poemas de Ernestina de Champourcin, os dejo con otro análisis a este otro poema, esta vez en audio. Espero que lo disfrutéis.

Ernestina de Champourcin
No fue para mí...
Ya lo suponía.
Pero sé engañarme
tan bien con mentiras
y jugar al juego
de la falsa dicha,
que a veces me olvido
—ya ves si soy niña—
que estaba jugando
a que me querías.



Análisis hecho por Raquel Fraga